Por Juan Tomás Valenzuela
Doña Rosario Espinal,
la exitosa politóloga,
que antes fué secuáz y homologa
de Belarminio Brugal,
se acaba de desmontar
de la nave Danilista,
que le dió tantas conquistas
en travesías del pasado,
pa’ irse al acorazado
de los Abinadieristas.
Fuiki-Fuikiti Salcedo
también se tiró del barco,
por temor a que algún narco
vaya a enredarlo en un pedo.
El hombre le leyó el Credo
en una carta a Pechito.
Le dijo al del barrilito
en su singular misiva,
que él se cambio para Viva,
tras un mejor “paquetico”
“Después de más de 20 años
en los que comí con grasa,
hoy abandono esta casa,
donde ya me siento extraño.
Yo serví 16 años
como alcalde benemérito
y aunque esto no es ningún mérito,
porque también me hice rico,
a este proyecto del bizco
solo le auguro el pretérito”.
Cuando el barco se va a pique,
(pasa igual con un Sonata)
primero se apean las ratas,
como hicién Genao y Quique.
Pá evitar que los salpiquen
con pensamientos primarios,
Quique, Salcedo y Rosario
no van a amarrar la chiva,
en el barco a la deriva
de ese Penco dromedario.
Oí que en el PRD,
por un tema similar
Don Fello y Pegui Cabral
están por sacar los pies.
¿y pá donde vá a cogé
este par de dinosaurios,
que anda detrás del erario
como mosca sobre ñeca,
pues son dos momias aztecas
que suman tres centenario?.
Juan de los Palotes
2 marzo 2020